Playa Rincón, un paraíso amenazado por el sargazo
- Hoy Te Enteras

- 30 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 sept

Este fin de semana, mi familia y yo, miembros del club de excursionistas Los Andariegos —compuesto por hermanos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y amigos cercanos— emprendimos una travesía hacia uno de los destinos más impresionantes de la República Dominicana: Playa Rincón, en la provincia de Samaná.
Fiel a su eslogan, “un paraíso que enamora”, este rincón caribeño es, sin exagerar, una postal viva: aguas turquesas, arena blanca y cocoteros que danzan al ritmo del viento. Sin embargo, esta vez nos recibió un panorama devastador: la playa estaba invadida por una densa franja de sargazo, que se extendía por casi 100 metros a lo largo de la orilla. El característico olor a descomposición era insoportable. Intentar bañarse fue impensable. Muchos visitantes, al igual que nosotros, decidieron marcharse antes de tiempo.
Afortunadamente, justo al lado se encuentra Cayo Frío, un estrecho curso de agua que nace en lo alto del farallón y lo bordea hasta salir al mar por la Playa del Rincón, regando a su paso un denso bosque ribereño donde dominan -de arriba a abajo- los árboles de mangle.
¿Qué está pasando con el sargazo? El sargazo es una macroalga flotante que ha existido durante siglos, pero desde 2011 su proliferación se ha salido de control. Investigaciones científicas atribuyen esta expansión al aumento de nutrientes vertidos en el Atlántico (por fertilizantes y aguas residuales) y al cambio climático, que eleva la temperatura del mar. Esto ha creado una “autopista del sargazo” que lleva toneladas de algas desde África hasta el Caribe.
Este fenómeno ya no es un simple problema ambiental: se ha convertido en una emergencia económica y turística. La llegada del sargazo a playas tan emblemáticas como Playa Rincón afecta directamente la industria turística, principal fuente de empleo y sustento en muchas comunidades de Samaná. Restaurantes vacíos, excursiones canceladas, y operadores turísticos desmotivados son algunas de las consecuencias inmediatas.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la República Dominicana podría perder hasta 120 millones de dólares anuales por el impacto del sargazo en sus destinos turísticos. La acumulación de algas no solo aleja a los turistas, sino que también causa corrosión en embarcaciones, obstruye motores, afecta la pesca y pone en riesgo los ecosistemas marinos.
Por lo que, instamos a las autoridades y a la ciudadanía a cuidar la creación de Dios, y eso incluye proteger nuestros mares y playas. Hacemos un llamado urgente al Ministerio de Medio Ambiente y al Ministerio de Turismo para que tomen medidas concretas y sostenibles.
El paraíso todavía existe… solo que está escondido bajo toneladas de algas. Rescatar Playa Rincón es una responsabilidad compartida entre autoridades, empresarios turísticos, comunidades locales y visitantes.
No permitamos que este tesoro natural dominicano se convierta en un recuerdo. Actuar hoy es proteger el futuro del turismo, del medio ambiente y de nuestra identidad como isla.






Comentarios