Ataques de EE.UU. a instalaciones nucleares iraníes, un punto de inflexión de consecuencias impredecibles
- Hoy Te Enteras

- 23 jun
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El sábado pasado, Estados Unidos lanzó con éxito ataques militares contra tres instalaciones nucleares en Irán: Fordo, Natanz y Isfahán. Así lo informó el presidente Donald Trump a través de su red social Truth Social, y lo confirmaron también las autoridades iraníes. La operación tenía como principal objetivo destruir la capacidad de enriquecimiento de uranio y detener una amenaza nuclear, según la declaración televisada del mandatario. La acción fue coordinada con Israel, país que solicitó el apoyo estadounidense para neutralizar instalaciones complejas y protegidas subterráneamente.
Este ataque marca un avance significativo en la intervención directa de Washington en uno de los focos de mayor tensión internacional. A pesar de prometer durante su campaña electoral evitar “guerras eternas”, Trump justificó la operación argumentando la larga historia de hostilidades y daños provocados por Irán en la región y Estados Unidos. Según sus palabras, se ha llegado a un punto de intolerancia frente al patrocinio iraní del terrorismo y la amenaza nuclear. La utilización de bombarderos B-2 equipados con la mayor bomba “rompebúnkeres” del mundo, la GBU-57A/B, reflejó la magnitud y precisión del ataque.
Por su parte, Irán denunció la acción como una violación grave del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. El ministro Abbas Araghchi advirtió sobre las consecuencias duraderas y reiteró que Irán defenderá con firmeza su soberanía y derechos. Sin embargo, la televisión estatal iraní intentó minimizar los daños, indicando que las instalaciones ya habían sido evacuadas y que el golpe estadounidense no había sido tan devastador como se reportó, señalando daños limitados en los túneles de entrada y salida.
Este enfrentamiento se produce en un contexto regional ya muy volátil. Desde el inicio del conflicto armado entre Irán e Israel el 13 de junio, la comunidad internacional se preguntaba si Estados Unidos intervendría. Las respuestas de Trump, los mensajes de Netanyahu y el uso de tecnología militar avanzada evidencian que la alianza entre Washington y Tel Aviv se fortalece ante lo que consideran una amenaza común. Sin embargo, esta acción incrementa el riesgo de una escalada abierta y peligrosa en Medio Oriente, con posibles repercusiones globales.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestó profunda preocupación ante la escalada y el riesgo de un conflicto incontrolable que podría tener consecuencias catastróficas para la población civil. Dentro de Estados Unidos, las críticas no se hicieron esperar, especialmente por parte de figuras demócratas que cuestionan la constitucionalidad y la prudencia de la acción sin consulta al Congreso, mientras que sectores republicanos respaldan la decisión del presidente.
En América Latina, las voces también se alzaron en rechazo, señalando que atacar instalaciones nucleares es una violación del derecho internacional con consecuencias que podrían afectar a toda la humanidad. La condena de presidentes como Gabriel Boric y Miguel Díaz-Canel destaca la preocupación global ante el avance de una crisis que trasciende las fronteras de Oriente Medio.
Este ataque puede ser un momento crucial en las relaciones internacionales, donde el equilibrio entre la seguridad regional y el riesgo de un conflicto mayor pende de un hilo. La capacidad militar de Estados Unidos y su voluntad de intervención redefine el mapa geopolítico, pero también plantea interrogantes sobre la estabilidad y el futuro de una región ya históricamente conflictiva.
El golpe estadounidense a Irán es un episodio que reconfigura la dinámica del poder en Medio Oriente, con implicaciones que aún están por verse. La historia apuntará si esta acción logró contener una amenaza real o si, por el contrario, se convierte en el catalizador de un conflicto mucho más devastador. Por ahora, el mundo observa expectante, consciente de que la paz conseguida a través de la fuerza muchas veces trae consigo riesgos enormes.






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