China impulsa una ambiciosa transición energética basada en la energía solar

El gigante asiático lidera la producción global de energías limpias, al tiempo que moderniza su infraestructura para reducir costos e impactos ambientales.

Pekín — China, el país más poblado del mundo y una de las mayores economías del planeta, se ha consolidado como el líder global en producción de energías limpias. No obstante, su elevada demanda interna obliga al país a buscar fuentes energéticas más eficientes, sostenibles y económicas. Esta necesidad ha llevado a las autoridades chinas no solo a trazar planes de modernización, sino también a desarrollar infraestructuras energéticas de alta tecnología con visión de futuro.

En los últimos años, el gobierno ha promovido una profunda transformación del sistema energético nacional. Parte de este proceso ha consistido en modernizar las plantas de generación eléctrica a carbón, haciéndolas más eficientes y menos contaminantes. Sin embargo, el eje central de la transición energética china está en la expansión de la energía solar.

China ha invertido miles de millones de dólares en el desarrollo de sistemas de generación eléctrica basados en el sol, con proyectos de gran escala que abarcan desde parques solares flotantes hasta plantas solares en el desierto. La apuesta por esta fuente renovable no solo busca garantizar el suministro interno, sino también posicionar al país como proveedor tecnológico clave en el mercado global de energías limpias.